La Experiencia de Estudiar un Postgrado en Comercio Exterior

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Fecha: 29/07/2016

La Experiencia de Jorge Carrasco

Quería ir a España, mejorar su carrera profesional y poder optar a otras actividades diferentes a la gestión contable y de tesorería, a la que estaba dedicado. Esta es la tesitura en la que se encontraba Jorge Carrasco a sus 28 años.

Este licenciado en Contabilidad por la Universidad de Panamá llevaba dos años trabajando en un banco de su país. Fue entonces cuando se planteó la realización de un Postgrado en Comercio Exterior y eligió ESNI en Barcelona.

Había oído hablar muy bien de este centro, que llevaba años en funcionamiento, garantizando el acceso de sus alumnos a empleos interesantes y bien remunerados.

Se encontró con un riguroso proceso de admisión en el que se valoraban los idiomas, la experiencia laboral, el expediente académico y, sobre todo, las ganas de sacar provecho del curso: “Aprecian a la gente con iniciativa, y la prueba es que muchos de los que hacen el curso montan su propia empresa al acabar”, dice Jorge.

No sólo Económicas. Como requisito indispensable, exigían una licenciatura, pero que no tenía por qué ser de Ciencias Económicas o Empresariales. De hecho, entre los que solicitaban una plaza en el postgrado había ingenieros, abogados e, incluso, farmacéuticos y veterinarios. Jorge considera que, en su caso particular, el dominio del inglés y el gran interés en hacer el curso fueron sus principales bazas a la hora de ser admitido.

Trabajó duro durante el año que duro el curso “te dan muchos casos prácticos con los que aprendes a enfrentarte a problemas reales de las empresas, buscando las causas que los originaron y las posibles soluciones”, explica Jorge. “Además, te obligan a lidiar con el estrés, ya que siempre te dan más trabajo del que puedas abarcar. Cuando crees que ya no das abasto con lo que tienes, te encargan un nuevo proyecto”, añade.

Otro punto al que se le da mucha importancia es, en su opinión, el fomento del trabajo en equipo. Desde el primer día le adjudicaron unos compañeros con los que tuvo que aprender a trabajar, pues sus calificaciones dependían del resultado del esfuerzo común. “Me tocó un grupo de lo más heterogéneo. Había dos extranjeros y dos españoles. Teníamos diferentes carreras y aptitudes; algunos eran muy buenos en números y a otros se les daban mal. Se trataba de aprender a combinar lo mejor de cada uno para que el producto final fuese el mejor posible”, recuerda.

En este aspecto, Jorge critica al sistema universitario, que señala a los compañeros como enemigos en vez de enseñarles a colaborar, algo totalmente imprescindible para crear una empresa.

En general, Jorge valora positivamente la formación que recibió en ESNI. Considera la experiencia que recibió durante ese año equivalente a 5 años de ejercicio profesional, porque el programa te permite analizar la problemática real de las empresas en el proceso de internacionalización.

Contacto con la empresa. Los profesores que le dieron clase estaban bien cualificados. Todos ellos desarrollaban un trabajo de consultoría, aparte de la docencia, por lo que estaban en continuo contacto con la empresa. “El profesor de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Internacionalización, por ejemplo, había sido el primer profesional en España autorizado por Google para realizar formación de Adwords y podía contarte miles de experiencias interesantes”.

Asimismo, Jorge se siente muy satisfecho con la eficiencia de la bolsa de trabajo del postgrado. Continuamente aparecían ofertas de trabajo en la web de empleo de comercio exterior de ESNI a las que, si estabas interesado, podías darte de alta como candidato.

Además, muchas entidades prestigiosas acudían directamente a este centro para fichar nuevo personal. “Poco después de finalizar el postgrado, el 82% de los alumnos tenían ya un buen empleo con un considerable sueldo”, afirma Jorge, que tiene una explicación muy lógica para esto: “En ESNI son los primeros interesados en que quedes satisfecho con el máster y consigas un buen puesto de trabajo. Sólo así pueden darse publicidad y seguir llenando sus aulas. Tienen que forjarse una buena fama para ser unos candidatos atractivos”.

Desde luego, él cree que ha obtenido rentabilidad a la inversión. A través de la bolsa del postgrado consiguió el empleo en la empresa que hoy se desarrolla profesionalmente. Trabaja en Barcelona, una ciudad que le encanta, y le gusta su tarea de export manager.

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