Cómo rendir mejor en los estudios
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Claves de las técnicas de estudio
Recuerda que cuando antes aprendas buenos hábitos de estudio más fácil te resultará concentrarte y estudiar para obtener los mejores resultados.
Para exprimir al máximo el beneficio de aplicar las técnicas de estudio debes tener en cuenta los siguientes aspectos que harán que tu concentración sea más efectiva, y con ello obtengas mejores resultados:
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El contexto en el que estudias.
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La importancia de hacer descansos.
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El método de estudio definitivo.
Y ahora, vamos a desarrollar cada uno de estos aspectos para que puedas ponerlos en práctica en tus próximos exámenes:
Contexto de estudio
El lugar que escojas para estudiar es esencial para obtener buenos resultados y concentrarte.
Por ello, tiene que ser un lugar cómodo y en el que te sientas a gusto: tu habitación, la terraza de casa, la biblioteca… Cada uno tiene su lugar preferido y de confort, ¿cuál es el tuyo?.
Y dentro del contexto encontramos tres ambientes que te permitirán maximizar tus esfuerzos y optimizar tu tiempo:
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Psicológico: antes de empezar a estudiar, es importante que tengas la mente despejada, que no pienses en ningún problema que tengas y que, ante todo, tengas motivación por lo que vas a estudiar. Si no es así, ¡deja pasar el día y verás como al día siguiente estás listo!
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Ambiental: evita distracciones, utiliza tapones si te resulta necesario y sitúate en una zona ambientada y tranquila. Si no es así, escoge otro lugar porque no estás en el idóneo.
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Organizativo: organiza los apuntes, los temas, los esquemas… todo lo que tengas que estudiar debe tener un orden para que puedas concentrarte a la hora de estudiar.
Programa descansos durante el estudio
Al contrario de lo que se piensa, tomar descansos mientras estás estudiando hace que consolides mejor los conceptos que vas aprendiendo, y ayuda a que tengas una mayor nivel de concentración.
¡De nada sirve pasarse 8 horas seguidas estudiando sin pausa!
En este punto aconsejamos utilizar la técnica del tomate (Técnica Pomodoro), con la que permitirás que tu cerebro no se sobrecargue con mucha información: un tomate equivale a 30 minutos.
Pues bien, para llevar a esta técnica, necesitarás un lápiz, un cronómetro y un papel, ¿lo tienes?
Bien, escribe en el papel tus objetivos y empieza por el primero. Pon el cronómetro 25 minutos y concéntrate únicamente en el primero de los objetivos que has escrito.
Una vez el cronómetro termina, descansa 5 minutos más y continua con el siguiente, haciendo descansos cada vez más largos hasta 4 tomates, es decir, 2 horas.
Otra técnica que puedes llevar a cabo es hacer descansos según objetivos: márcate un objetivo y concéntrate hasta que lo cumplas.
Una vez lo hayas alcanzado, tómate un descanso de 15 minutos.
Tal vez esta sea la técnica más extendida dentro las técnicas de estudio, pero ahora que ya conoces la técnica del tomate tal vez te resulte más efectiva, ¿te animas a probarla?.