Resumiendo y repasando con mapas mentales

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Los mapas mentales tienen un nodo o idea central del cual se desprenden otros nodos. Se supone que las ramificaciones son aspectos a tener en cuenta de la idea principal. Esto nos permite descomponer un tema cualquiera  en distintas partes y de esta forma, identificar las más importantes que lo componen.

Una buena pregunta sería ¿cuándo conviene hacer un mapa mental? Podría decirse que cada vez que se requiera hacer un resumen de un tema. Sería algo parecido a un cuadro sinóptico, aunque quizás con alguna que otra ventaja. La forma orgánica del mapa mental hace recordar de forma más fácil cada una de las partes.

Una buena aplicación de los mapas mentales es para luego de una clase. Supongan que van a cursar y durante la clase toman unas tres o cuatro hojas de apuntes. Al otro día, sería una buena idea tomar esas hojas e intentar pasarlas a mapa mental.
El nombre del tema será el nodo principal. De allí irán saliendo los otros nodos, que en general serán los subtítulos del tema, o aquellos aspectos que tengan suficiente relevancia. Luego se puede ir haciendo lo mismo con cada uno de ellos, hasta dividirlo en las porciones más pequeñas. No es necesario incluir mucho texto, tan solo las ideas.

Hay dos grandes ventajas al hacer esto:

Hace comprender mejor el tema que se explicó en clase. Funciona como una especie de repaso.
Nos deja muy en claro cómo se divide el tema. Es increíble como uno al hacer el mapa mental termina conociendo las distintas partes en que se compone lo que hay que estudiar, sin buscar memorizar nada.
¿Sería lo mismo hacer un resumen? No. Porque un resumen escrito podría ser muy parecido a copiar el apunte y eso no sirve de nada.

¿Sería lo mismo usar mapas mentales hechos por otras personas? No. Porque el objetivo no es tener un mapa mental del tema, sino generar el mapa mental en nuestras cabezas, pero sólo podemos lograr eso en el proceso de elaboración. Es por eso que tenemos que dibujarlo. Esto no quiere decir que luego debamos descartarlo. Al contrario, el mapa ya hecho luego puede ser útil para un repaso.

Si el mapa mental se hace a mano, dibujando con lápices, recuerden incluir colores. Eso hace que sea particular y todo aquello particular la mente lo recuerda mejor. Si en cambio usan software como los que hemos visto en este espacio, entonces además de los colores, pueden aprovechar los íconos e imágenes.

Tengan en cuenta esta técnica de estudio y acostúmbrense a usarla luego de una clase teórica. Van a comprobar que es útil y que hará que tengan los temas más frescos para cuando haya que estudiar con mayor profundidad.

Fuente: Mentes Liberadas

Alejando de Lucas


 

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