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Hoy vamos a hablar sobre estudiar demasiado. Coloquialmente utilizamos el término “quemarse” estudiando. La misma palabra lo dice todo. Es hacer una especie de combustión de nuestro cerebro después de horas y horas de estar preparando un examen o tan solo de llevar las asignaturas al día.
Sin embargo, pasarse de la raya puede ser nocivo para nuestra salud mental y no siempre garantiza los mejores resultados. Vamos a ver 5 señales para darnos cuenta cuándo conviene dejar de estudiar al menos hasta el otro día.
1. Vista cansada
Hay momentos en que los ojos dicen basta. ¿Cómo lo hacen? Empezando a molestar, a ponerse llorosos y de color rojo. Si no hacemos caso a ese anuncio de nuestro cuerpo, lo siguiente e inevitable es un dolor fuerte de cabeza.
Por eso, lo mejor es que si tenemos algunos de esos síntomas que describí, mejor cortar y retomar la actividad al otro día. Con unas cuantas buenas horas de sueño de por medio.
2. Dolor de espalda
Algo muy típico de largas jornadas de estudio es el dolor de espalda a la altura de la cervical. Les cuento algo: no se va a ir por arte de magia hasta que abandonen la posición que tienen, que es la de estudiante quemado, y se recuesten. Noten que si estamos relajados y sentados mirando una maratón de series no vamos a tener dolor de espalda. En cambio, si estamos estudiando sí. Eso es por el estrés y la ansiedad que provoca el estudio.
3. Sueño
Bostezar una y otra vez es síntoma de que es hora de dormir y no de estudiar. Quienes se levanten temprano y bostecen no les recomiendo que dejen de estudiar sino que se acuesten temprano. Pero para los que llevan horas y horas estudiando y además se les cierran los ojos, entonces ya llegó el momento de suspender la actividad.
4. No avanzar en el estudio
Si estamos leyendo un texto y nos damos cuenta que ya pasaron quince minutos y seguimos en la misma página, es porque la concentración ha mermado. Ocurre lo mismo para los que están resolviendo guías de ejercicios y llega un momento en el que no se les cae una idea para dar con la solución.
5. Cometer errores tontos
Estamos haciendo un cálculo super avanzado y nos equivocamos. El resultado no es correcto. Repasamos los pasos y vemos que sumamos 2 + 2 = 5. Si ya estamos culminando la jornada de estudio, entonces puede ser que eso haya ocurrido no porque seamos idiotas, sino porque el cerebro ha bajado su nivel debido al cansancio.
Otros ejemplos pueden ser escribir algo en una hoja equivocada o perder la prolijidad de manera alarmante.
En síntesis: estudiar demasiado tiene un precio
Y el precio de estudiar demasiado es justamente nuestra energía. Lo que muchos estarán pensando es: “No puedo dejar de estudiar porque no llegué con todo”. Bien, dos cosas respecto a esto:
Primero, hay que intentar mejorar las técnicas de estudio y enfocarse en lo que es más importante. Hay que tender a reducir el tiempo de estudio.
Y en segundo lugar, cuando la mente ya no rinde, no tiene sentido seguir exigiéndola. Hay que aceptar que por más jóvenes que seamos, todos tenemos un límite. Si lo cruzamos estaremos poniendo en peligro nuestra salud.
Fuente: Mentesliberadas
Autor: Alejandro De Luca